En este artículo, quiero aclarar las dudas más comunes sobre la figura del/de la sexólogo/a, ya que todavía existen ciertas resistencias a acudir a consulta por varios motivos:
Estas creencias y prejuicios a menudo nos hacen ver la figura del sexólogo/a como innecesaria, inaccesible o incluso con temor y vergüenza. Sin embargo, confío en que con el tiempo, estas ideas se irán disolviendo.
En este artículo, te proporcionaré razones empíricas para que entiendas por qué la figura del sexólogo/a es fundamental en una sociedad hipersexualizada. Responderé a algunas preguntas clave que te ayudarán a comprender mejor cuándo es el momento adecuado para acudir a un/a profesional de la sexología.
En España, un sexólogo o sexóloga cuenta con una formación de postgrado en sexología (Máster en Sexología), obtenida tras completar una licenciatura, diplomatura o grado en áreas como psicología, medicina, psicopedagogía, enfermería, trabajo social, entre otras disciplinas.
Esto garantiza que un/a sexólogo/a tiene una formación universitaria superior y, como en cualquier profesión, estás en tu derecho de solicitar referencias o información sobre su experiencia y trayectoria. En una disciplina como esta, también existe el riesgo de intrusismo profesional, por lo que te recomiendo verificar siempre el currículum y la experiencia del profesional con quien decidas consultar
Los profesionales de la sexología abordan una amplia variedad de temas. No se limitan únicamente a la clínica o las consultas privadas, sino que también trabajan en educación afectivo-sexual. Esta área tiene como objetivo promover el conocimiento de la sexualidad como una dimensión integral de la persona, abordando aspectos biológicos, psicológicos, sociales y culturales para ayudar a vivir una sexualidad madura, responsable y placentera.
Entre los problemas más comunes que tratamos en consulta, se encuentran las dificultades afectivo-sexuales y/o de pareja, como la falta de deseo, problemas de comunicación, inseguridades, dependencia emocional, infidelidades, y celos.
Además, los sexólogos tratamos problemas específicos en hombres, como dificultades de eyaculación, disfunción eréctil o bajo deseo sexual. En las mujeres, las consultas más comunes suelen estar relacionadas con la dificultad para excitarse, molestias en la penetración o la falta de deseo sexual. También tratamos temas como la orientación sexual, la identidad de género y las preferencias excitatorias, ya que el contexto social a veces dificulta que las personas se expresen como realmente son, generando un profundo malestar.
En las sesiones de terapia sexológica, todo lo que se trabaja y se comenta está protegido por el principio de confidencialidad profesional. Incluso en las sesiones de terapia de pareja, si se cita a los miembros de forma individual, no se comparte con el otro miembro lo que se trate de manera privada, a menos que sea expresamente autorizado.
Una buena relación sexo-afectiva, tanto con uno mismo como con la pareja, comienza con una autoestima sólida y una exploración personal. Si no sabemos qué nos gusta o qué necesitamos, ¿cómo podremos comunicárselo a nuestra pareja? Y si dejamos que los complejos nos dominen, ¿cómo podemos disfrutar plenamente de nuestra vida sexual?
La sexualidad no se limita a la genitalidad ni al coitocentrismo. Es una parte integral de nosotros desde el nacimiento hasta el final de nuestras vidas. Cada etapa vital trae consigo cambios que debemos aprender a gestionar para vivir en armonía.
Los/as sexólogos/as se especializan en tres campos principales:
Si alguna de las razones mencionadas te resuena y crees que puedo ayudarte, no dudes en ponerte en contacto conmigo para pedir una cita.
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